miércoles, 10 de julio de 2013

BESOS ARDIENTES por Ana Maria Aletto


Situación: un dormitorio, una mujer; luego un hombre.

Ella desnuda, tirada, se despereza a “lo gato”.

En eso, aparece en escena él, que dice: “Amor, en este momento vengo hacia ti, desnudo y con el corazón en la mano.  Voy a cubrir tu cuerpo de besos.  Empezaré por tu nívea frente, besaré con ansias tu pulposa boca, bajaré por tus pechos y jugaré con tus rosados pezones.  Luego dejaré tu vientre, para zambullirme en tu pubis. Por último besaré uno a uno tus dedos del pie”.

Tras una pausa teatral, la vuelve a mirar y corrige: “¿No te parece mejor que lo dejemos para más adelante?   Mejor ponéte a dieta ya, porque el recorrido que tendré que hacer es demasiado largo”.                    

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