Cuando se acerca la noche, sale el sapo tímidamente de
jardín. Lento, pesado y cauteloso,camina apoyando sus
manos cortas, gruesas de
cuatro dedos y ligeramente
chuecas, para poder erguir su corto tronco y despegarse
de la tierra y ver el mundo
desde el nivel que le permite
su anatomía aplastada. Sus ojos, de gruesos párpados,
son dorados, de pupilas horizontales y a pesar de la
inmovilidad que parece
tener su cuerpo, tiene una
rápida y profunda mirada del paisaje y las presas que
se mueven en él.
Cazador paciente, espera su oportunidad y dispara
hacia adelante como una flecha su lengua protráctil,
y engulle al desafortunado animal, que queda atrapado
en el extremo pegajoso.Se aleja con saltos
cortos, tanto como lo permiten sus patas posteriores de cinco dedos, que no son tan largas como las de
la rana, que salta elegante y airosa.
hacia adelante como una flecha su lengua protráctil,
y engulle al desafortunado animal, que queda atrapado
en el extremo pegajoso.Se aleja con saltos
cortos, tanto como lo permiten sus patas posteriores de cinco dedos, que no son tan largas como las de
la rana, que salta elegante y airosa.
Su menú siempre es carnívoro y sus platos predilectos son los escarabajos, las hormigas, el ciempiés,
las larvas de insectos y los gusanos. Jamás ataca si no es para alimentarse o defenderse. Su piel
rugosa y seca, posee glándulas que secretan un líquido tóxico e irritante que hace desistir a casi todos
sus atacantes y, si esto no funciona, recurre a sus recursos actorales: Puede hacerse muy grande;
tanto que supera en tamaño a su agresor... que da media vuelta y sale disparando. También puede
hacerse el muerto. Se vuelve sobre su espalda, cierra los ojos y estira sus patas, dando un aspecto
de cadáver bastante convincente.
las larvas de insectos y los gusanos. Jamás ataca si no es para alimentarse o defenderse. Su piel
rugosa y seca, posee glándulas que secretan un líquido tóxico e irritante que hace desistir a casi todos
sus atacantes y, si esto no funciona, recurre a sus recursos actorales: Puede hacerse muy grande;
tanto que supera en tamaño a su agresor... que da media vuelta y sale disparando. También puede
hacerse el muerto. Se vuelve sobre su espalda, cierra los ojos y estira sus patas, dando un aspecto
de cadáver bastante convincente.
El
“ bufo bufo”, nombre
científico del anuro, al que todos llamamos sapo, tiene su período de
amor
en marzo y abril, y acude para reproducirse a los puntos de agua, como charcos, estancos, lagos
o riachuelos . Cada año hace largas migraciones hasta su lugar de nacimiento. Allí las hembras
ponen muchos huevos (como 4 ó 5 mil), y los dejan adheridos a las plantas, por medio de finos
cordones, que los mantendrán unidos hasta que sean renacuajos y se lancen al agua.Sólo habitará
allí hasta que pierda la cola y tenga patas. Entonces volverá a la tierra de llanos y montañas, como
sus padres, y habitará, como ellos, solitario y callado, oculto de día, enterrado en el suelo, bajo las
piedras, entre la hojarasca, debajo de los troncos o en canales cubiertos de jardines y huertos.
Escondido siempre en el mismo lugar y librándonos de insectos molestos o parásitos dañinos.
El sapo
es muy discreto, no nos pide nada y puede vivir así entre 10 y 30 años. Podemos
verlo solo o
en grupo y, si lo observamos, distinguiremos a la hembra, grande y regordeta, junto al macho
más pequeño y oscuro (10 centímetros
para un gran trabajador de la naturaleza).
en marzo y abril, y acude para reproducirse a los puntos de agua, como charcos, estancos, lagos
o riachuelos . Cada año hace largas migraciones hasta su lugar de nacimiento. Allí las hembras
ponen muchos huevos (como 4 ó 5 mil), y los dejan adheridos a las plantas, por medio de finos
cordones, que los mantendrán unidos hasta que sean renacuajos y se lancen al agua.Sólo habitará
allí hasta que pierda la cola y tenga patas. Entonces volverá a la tierra de llanos y montañas, como
sus padres, y habitará, como ellos, solitario y callado, oculto de día, enterrado en el suelo, bajo las
piedras, entre la hojarasca, debajo de los troncos o en canales cubiertos de jardines y huertos.
Escondido siempre en el mismo lugar y librándonos de insectos molestos o parásitos dañinos.
en grupo y, si lo observamos, distinguiremos a la hembra, grande y regordeta, junto al macho
más pequeño y oscuro (
Si fuera humano, lo compararía con un guarda fauna,
dedicado a lo suyo, con amor a su entorno y
siempre atento. No necesita que lo
vista. Su traje camuflado color naturaleza es su mejor atuendo.
Su hembra
tampoco necesita vestido. Sólo le pintaría de rojo su boca sensual, de sonrisa
plácida,
y le colocaría pestañas postizas en sus dorados ojos soñadores.
Así y todo seguiría siendo discriminado, con mala
prensa y pocas oportunidades de darse a conocer.
Merecería que le prestemos más
atención. Es un ser manso y pacífico dentro de un cuerpo que
puede parecer
desagradable. Detengámonos y mirémoslo con otros ojos.
Dios lo creó así y por
algo será.
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